La singularidad de la obra provenía, por un lado, de su origen. Era una iglesia inacabada que data del año 1732 en Salamanca, que corresponde con un antiguo convento de estilo barroco y que se denomina San Antonio el Real.
Este convento fue declarado ‘Bien de interés cultural’ en 1997 y, en 2005, comenzamos las obras para adecuarlo a un local comercial. El desarrollo fue intenso, por el trabajo que supuso y por el tiempo que duró la obra, pero altamente satisfactorio. Veámoslo más en detalle.
Las particularidades de una rehabilitación compleja
La rehabilitación del convento San Antonio el Real se llevó a cabo durante ocho años ya que se tuvo que realizar respetando todo su valor arquitectónico puesto que estamos hablando de un edificio protegido.
Esto conllevó realizar multitud de gestiones con Patrimonio para respetar no solo su entorno, sino también para adaptar nuestra instalación a la normativa vigente, llegando al punto de utilizar piedra caliza cuyo origen estaba en una cantera cercana y, por lo tanto, similar a la ya existente en el convento y así rematar la edificación.
El convento que debíamos climatizar cuenta con la típica estructura de iglesia, con una nave central, un crucero, un ábside y una cúpula de 22 metros de altura. La nave central se utilizó para la construcción de un paralelepípedo en acero y cristal, exento de las paredes de la iglesia, lo cual permite disfrutar en su parte alta del crucero y de la cúpula.
La nave central dispone de cuatro plantas. Tres de ellas son utilizadas como superficies de venta, mientras que la cuarta está destinada a espacios de almacén, salas técnicas y de equipos.
El reto de la climatización de un edificio histórico: el respeto por el conjunto arquitectónico
El sistema de climatización por el que debíamos optar debía, por supuesto, respetar el conjunto arquitectónico de todo el complejo. Es decir, debíamos ocultar las máquinas, los conductos y los demás elementos.
¿La solución? Proyectamos una central productora de frío/calor en la cuarta planta, aquella en la que hemos visto que se situaba el almacén, las salas técnicas y los equipos. Esta central estaba formada por máquinas partidas de expansión directa para dar servicio a cada una de las plantas de la nave central.
Las unidades condensadoras intercambian el aire de condensación directamente hacia el exterior a través de orificios practicados en la cubierta del convento.
Las unidades interiores, una por planta, se encargan de distribuir el aire al interior del local a través de conductos que, a modo de montantes, suministran el aire tratado a cada una de las plantas.
La ocultación de los conductos fue, sin duda, uno de los temas más prioritarios y que entrañaron más dificultad en toda la instalación que realizamos en el convento. Para ocultarlos pudimos aprovechar los elementos estructurales de los ascensores disponiendo patinillos ocultos que quedaron totalmente integrados en la estructura.
Para finalizar, en la planta del sótano, se abrieron zanjas en el suelo de la planta baja. De ese modo se distribuía el aire tratado a través de los conductos que discurren por esas zanjas y que dan servicio al ábside y al crucero de la iglesia. Dada la altura de la cúpula que, como hemos visto, llega a los 22 metros, se creó una sobrepresión con aire frío que, desde su parte alta, evitaba el comportamiento ascendente del aire caliente.
El ejemplo de la convivencia entre arquitectura barroca y moderna
Nuestra participación en la rehabilitación del convento tuvo un resultado espectacular. Ejemplo de ello es que nuestro presidente sigue recordando esta obra hoy en día tanto por su nivel de rehabilitación como por las soluciones planteadas para el tratamiento de las instalaciones.
Hoy este local en Salamanca es un lugar de reclamo, no solo para los amantes de la moda, sino para muchos turistas que visitan la ciudad, a los que se les permite realizar fotografías en el interior para poder disfrutar de la arquitectura.
Sin duda, visitar esta superficie es uno de los nuevos métodos de acercar nuestro patrimonio arquitectónico a los ciudadanos y a los turistas, eliminando las barreras y prejuicios hacia los museos, y acercando los inmuebles históricos a todos los ciudadanos.
Por eso estamos muy orgullosos de nuestro trabajo, siempre apostando por el respeto al medio ambiente y a la arquitectura histórica, optando por la calidad en los materiales y en el trabajo final.
Y a ti, ¿qué te ha parecido nuestra colaboración en la rehabilitación de este convento? ¡No lo dudes y háznoslo saber en los comentarios!