Las reformas del Bundestag
En un primer momento el Parlamento se reconstruyó entre 1961 y 1971, de una forma simplificada bajo la dirección del arquitecto Paul Baumgarten. No se llegó a restaurar el edificio al completo, que durante estos años lucía sin la cúpula, totalmente destruida en 1945.
En 1991 se inició una segunda reforma, liderada en esta ocasión por el arquitecto inglés Sir Norman Foster que lo amplió y reconstruyó, convirtiéndolo en el edificio funcional, moderno y medioambientalmente responsable que conocemos hoy.
Desde las reformas acometidas en la reconstrucción del edificio, este se ha equipado con las tecnologías de protección ambiental y ahorro energético más avanzadas
¿Qué hace especial al Bundestag?
La cúpula de cristal, que en su momento provocó gran controversia, es hoy en día uno de sus grandes atractivos. Un auténtico símbolo de Berlín, visitada por miles de turistas cada año que quedan maravillados por su belleza y originalidad y por las increíbles vistas disponibles desde esta atalaya de excepción.
Es el elemento arquitectónico que vertebra y expone el alma verde del edificio. Esta cúpula de cristal es actualmente un dispositivo con forma de embudo, popularmente conocido como “trompa”, que está cubierto por 360 espejos que permiten proyectar la luz natural hacia el salón de plenos. Este embudo, además de aportar luz natural al edificio, lleva incorporado un sistema de recuperación de calor, que aprovecha la energía que proporciona la evacuación del aire viciado del salón de plenos para calentar el resto del edificio.
En el tejado sur, el edificio alberga un equipo fotovoltaico de 300 m2 que suministra electricidad limpia, generada a partir de la luz del sol y toda la climatización del gigantesco edificio está mantenida mediante bombas de calor alimentadas por el calor subterráneo.
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Pero el Bundestag guarda una sorpresa en su interior, las centrales termoeléctricas de bloques (plantas de cogeneración) instaladas en los sótanos del complejo y cuyos motores funcionan con gasóleo verde (biodiésel), extraído de la colza. Gracias a esta tecnología las centrales pueden cubrir alrededor del 50 por ciento de la energía eléctrica y el cien por cien de la calefacción y refrigeración.
El calor sobrante puede utilizarse para la refrigeración por medio de una máquina frigorífica de absorción o acumularse en verano en forma de agua caliente en un depósito situado a unos 300 metros de profundidad, del cual puede volver a extraerse en invierno.
¿Qué te parece la reforma del Reichstag? Conocías estas características del edificio, responsable con el medio ambiente. Déjanos tus comentarios y hablamos.