Según la OMS, la ciudad china de Guangzhou es la octava con peor aire del mundo y la primera del país. Con la idea de revertir esta situación, el gobierno ha apostado por edificios con un consumo energético nulo, la torre Pearl River, un ejemplo de sostenibilidad e innovación.
El estudio de arquitectura norteamericano SOM (Skidmore, Owings and Merril), con Adrian D. Smith y Gordon Gill a la cabeza, fue el encargado de diseñar este rascacielos con la premisa principal de que fuese un edificio con consumo cero de energía (ZEB en sus siglas en inglés). La constructora Shangai Construction Group se ocupó de levantar los 71 pisos de este rascacielos con más de 300 metros de altura y 670.000 m² de superficie.
Arquitectura e ingeniería sostenibles
Con el objetivo de conseguir que el rascacielos fuese capaz de autoabastecerse produciendo tanta energía como consume, los arquitectos apostaron por beneficiarse de las fuentes de energía renovables que rodean el edificio. Uno de sus mayores logros es haber conseguido integrar estas tecnologías de vanguardia con una arquitectura funcional e innovadora a la par que respetuosa con el medio ambiente. Entre las soluciones más destacables encontramos:
1. Turbinas para aprovechar la energía eólica
En la fachada del rascacielos se encuentran dos plantas técnicas con cuatro turbinas eólicas, que aíslan el sonido y las vibraciones para que resulten imperceptibles en las demás plantas. La forma curvada de la torre hace que sea más aerodinámica y, junto con las aberturas en forma de embudo en las que se sitúan las turbinas, permite captar el viento a la máxima velocidad. Esto permite generar más energía, que puede ser usada directamente o almacenada en baterías.
2. Climatización
La mayoría de los rascacielos emplean gran cantidad de energía en mantener la temperatura adecuada en su interior, pero la torre Pearl River cuenta con un novedoso sistema de enfriamiento de aire a través de unos conductos de agua fría que se sitúan en el techo de cada vivienda. El calor del interior asciende y, al entrar en contacto con estos conductos y enfriarse, vuelve a descender creando un ciclo que permite un importante ahorro energético.
3. Paneles fotovoltaicos para captar la energía solar
La fachada está orientada para obtener el máximo rendimiento de luz solar y, de esta forma, captar la mayor cantidad de energía a través de los paneles solares que recubren la fachada y el techo. Además, cuenta con un muro de vidrio de doble capa que atrapa la energía ayudando a aislar el interior del edificio y a retener el calor procedente del sol para después integrarlo en el sistema de calefacción. Esto, junto a las persianas que rastrean el sol automáticamente, ayuda a minimizar el calor que entra en el rascacielos y a protegerlo.
Además, la torre Pearl River también es el mayor edificio con climatización por suelo radiante del mundo y cuenta con un sistema de condensación y recuperación de agua, así como con otro sistema de recolección de agua pluvial y con urinarios sin agua que reducen la demanda.
Uno de los certificados energéticos más prestigiosos del mundo
La torre Pearl River ha sido reconocida con el certificado platino LEED-CS (Leadership in Energy & Environment Design), la más alta valoración de este tipo, convirtiéndose así en una gran atracción para las empresas mutlinacionales, que han querido asentar en él sus oficinas. Esta certificación, otorgada por el U.S. Green Building Council (USGBC), es reconocida internacionalmente como un sistema de clasificación de edificios verdes para medir la sostenibilidad de estas construcciones.
Este rascacielos es una clara muestra de la perfecta combinación entre arquitectura sostenible y soluciones de ingeniería que lo convierten en uno de los más innovadores del mundo, tanto por su autosuficiencia como por su capacidad para convivir en harmonía con el entorno que lo rodea.
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