En Arce Clima, seguimos con nuestra particular búsqueda de los edificios más singulares y eficientes, que mejor han sabido interpretar las claves del aprovechamiento de recursos y la arquitectura sostenible.Esta vez, hemos viajado a Nueva York, concretamente al Empire State, uno de los edificios más emblemáticos y con más historia de Manhattan.
El Empire State es una de las tres construcciones de referencia en la Gran Manzana. Nombrado por la Sociedad Estadounidense de Ingenieros Civiles como una de las Siete Maravillas del mundo moderno, el edificio mantuvo durante años el título de construcción más alta del mundo con sus 443 metros de altura.
En la actualidad, el edificio se encuentra ocupado por oficinas y combina la actividad en éstas con la multitud de visitas turísticas que recibe gracias a sus magníficas vistas. En su interior, 73 ascensores, dos observatorios, más de 6.500 ventanales y un gran despliegue de iluminación que hacen del colosal edificio toda una obra maestra de la arquitectura. ¿Te animas a conocerla?
La construcción del Empire State
La construcción del Empire State es anecdótica . El edificio comienza a levantarse de la mano del arquitecto William F. Lamb, por encargo de General Motors, pues se encontraba en plena lucha con su competencia, Chrysler, por la creación del edificio más grande del mundo.
Si algo destaca en todo el proceso de construcción es la rapidez con que se levanta la construcción. El Empire State fue diseñado en solo dos semanas y la obra se prolonga por poco más de un año, construyendo hasta 4 pisos y medio por semana. Un verdadero logro teniendo en cuenta las infraestructuras de la época, mucho más precarias que en la actualidad y que fue posible gracias al trabajo incansable de más de 3.400 obreros.
Ahora bien, pocos edificios hay tan cinematográficos, ya que aparece en más de 250 películas rodadas en la ciudad de New York. Incluso llega a convertirse en gran protagonista en algunas de ellas, como King Kong, Elf o Algo para recordar.
Los puntos fuertes del Empire State
El edificio destaca por tres puntos fuertes en relación a otros edificios de características similares: la altura, el diseño y la iluminación.
- Altura: Durante años y hasta la llegada del World Trade Center, el Empire State fue considerado como el edificio más alto del mundo. La construcción tiene 381 metros de altura que se completan con un antena de 62 metros, sumando un total de 443m que lo posicionan como uno de los edificios más altos del mundo. Las plantas 86 y 102 presentan imponentes miradores abiertos al público que permiten una vista en 360º de Nueva York, lo que incrementa enormemente el interés turístico del edificio.
- Diseño Arquitectónico: A diferencia de otros edificios de altura similar, el Empire State sigue un diseño Art-Decó, muy utilizado en las construcciones previas a la II Guerra Mundial. Este estilo destaca por la utilización de materiales como el acero y la superposición de cuerpos de líneas geométricas.
- Iluminación: Por su altura, la iluminación del Empire State tiene una relevancia especial. Durante el día, su torre cambia varias veces de tonalidad y las 30n plantas superiores ajustan las tonalidades de su iluminación en función a diversos actos conmemorativos o benéficos que se suceden a lo largo de todo el año.. El edificio solo se apaga en temporada de migración de pájaros buscando que éstos no se despisten.
Sostenibilidad en el Empire State
Por su gran envergadura y su construcción en relación a patrones antiguos de diseño arquitectónico, el Empire State generaba hasta hace unos años un gasto excesivo de recursos energéticos, lo que provocó la realización de una reforma necesaria de cara al acondicionamiento del edificio.
La reforma se realizó en torno a tres elementos: las ventanas, la refrigeración y la iluminación, que han sido optimizadas con el fin de aprovechar al máximo la eficiencia energética. Para ello, además de los materiales, se han optimizado las políticas de reciclado de residuos, iluminación y refrigeración, ajustándose a las nuevas políticas medioambientales.
La inversión ha tenido un coste de alrededor de 100 millones de dólares. El resultado, el certificado LEED oro, que acredita que este edificio cuida al máximo la eficiencia energética probando que no es necesario realizar una obra nueva para poder ajustarse a la máxima eficiencia.
¿Te ha gustado esta obra? ¿Hay alguna otra que te apetezca conocer? ¡Cuéntanos en comentarios!