Hoy vamos a hablar del Bullitt Center, el edificio comercial más sostenible del mundo.
Está ubicado en la ciudad de Seattle, en Estados Unidos. Uno de los países que se encuentra en el top 10 de los más contaminantes del mundo, ocupando el segundo lugar, con unas emisiones de CO2 que no hacen más que aumentar año tras año y en donde regiones como Los Ángeles y Bakersfield en California registran las tasas más altas en contaminación ambiental.
Pues bien, en medio de todos estos datos, nada alentadores, aparece el Bullitt Center; un encargo de la Bullitt Foundation, dedicada a promover la sostenibilidad del planeta y cuyo presidente, Denis Hayes, fue uno de los impulsores del “Día de la Tierra”, día en el que precisamente se inauguró el edificio en 2013.
La firma de arquitectos encargada del proyecto fue el despacho Miller Hull Partnership y el edificio ha sido merecedor de la prestigiosa certificación Living Building, desarrollada por el International Living Furniture Institute.
Pero, ¿qué tiene el Bullitt Center que le hace tan especial?
Estamos ante un edificio de una superficie de algo más de 4.800 m2, autosuficiente energéticamente hablando (en un 99%) y construido con más de 350 materiales que no perjudican la salud y respetuosos con el medio ambiente.
Los encargados de suministrar toda la energía que el edificio necesita, son los paneles solares instalados en la cubierta y que generan 230.000 Kwh al año.
Pero no contentos con esto fueron más allá. El sistema de calefacción cuenta con 26 pozos geotérmicos y los cuartos de baño funcionan con un sistema de compostaje por lo que sólo se requieren dos cucharadas de agua para cada descarga de la cisterna. Además, las ventanas del edificio se abren y cierran de forma autónoma en base a la temperatura y las condiciones climatológicas de cada momento.
Hay que destacar también la instalación de un depósito con capacidad para 56.000 litros, situado en el sótano, que recoge agua procedente de la lluvia y la suministra al edificio, con el que podría hacer frente a 3 meses de sequía.
El resultado, un proyecto arquitectónico sostenible y de gran belleza, hecho realidad y admirado en todo el mundo.
Para finalizar os dejamos unas palabras del ideólogo e impulsor de este proyecto, Denis Hayes:
“La era de minimizar el daño, los pasos a medias y los males menores la hemos dejado atrás. Como sociedad, necesitamos ser atrevidos en formas que antes eran inimaginables. Afortunadamente en el sector de la construcción, ahora podemos imaginar dónde debemos ir. De hecho, no es necesario imaginarlo. Podemos tocar, experimentar, aprender y reproducirlo”
¿Conocías este edificio? ¿Te gustaría que tratáramos algún edificio concreto en esta sección?
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Crédito de imagen: Joe Mabel